Saquemos adelante la transparencia municipal

Chile es percibido dentro del contexto Latinoamericano como uno de los países que presenta menores niveles de corrupción. Es algo positivo, pero no significa que en nuestro país estemos ajenos a este grave problema. De hecho, tenemos una cierta cultura de justificar la pillería, del “pituto”, del “arreglín”, del “vivo” o del “cumpli-miento”, por lo que cultural y socialmente nos queda mucho por avanzar.

Uno de los ámbitos en donde por años la corrupción ha sido percibida como un grave problema es el municipal. Es así como hemos conocido una serie de irregularidades que han afectado a diversos municipios y a través de las mediciones que ha realizado el Consejo para la Transparencia se observa que todavía estos órganos locales presentan en promedio un bajo nivel de cumplimiento de los estándares contemplados en la Ley de Acceso de información pública (aunque el cumplimiento de esta Ley no es de por sí un antídoto contra la corrupción). Además, la Contraloría, a través de su portal anticorrupción, ha recibido desde su creación hace ya un año innumerables denuncias, lideradas por los municipios.

Las Municipalidades son la primera instancia en donde los ciudadanos se acercan al Estado para demandar servicios, postular a programas sociales, becas y otros beneficios, resolver problemas cotidianos, encontrar empleos, entre muchas otras acciones públicas. En este sentido, es importante que los municipios enfrenten este problema y establezcan mecanismos más eficaces para evitar los riesgos de corrupción. Asimismo, deben mejorar la percepción de ellas en términos de integridad, funcionamiento y confianza pública, ya que son instituciones claves para solucionar problemas cotidianos de la sociedad, las problemáticas locales y promover el desarrollo local. Por esto es importante apoyar iniciativas y reformas que se encaminen a modernizar y profesionalizar la gestión y funcionamiento general de los municipios.

A través de estudios que Chile Transparente ha realizado en los municipios y las investigaciones de otras instituciones, como el Instituto Chileno de estudios municipales, por nombrar algunas, se han detectado diversas áreas vulnerables a la comisión de actos de corrupción al interior de estos organismos. Sistemas de gestión y de control interno ineficientes, bajo control al hecho de que ciertas empresas se adjudican constantemente las licitaciones municipales, poca supervisión del cumplimiento de contratos, entrega irregular de permisos y patentes a familiares cercanos y empresas en las cuales participan las autoridades municipales; aparecen como los aspectos de mayor preocupación.

Bajo este panorama, una modernización institucional de los municipios en áreas relacionadas con la transparencia como, por ejemplo, sistemas de alerta temprana de manejos administrativos, capacitación en ética de la gestión, establecimiento de mecanismos de control ciudadano, mayor injerencia del Concejo Municipal en el control de los recursos; debieran ser el punto de partida para que los municipios puedan ser entidades al servicio de los ciudadanos sin temor a que se desvíen recursos a terceras partes. Ello, sin dejar de lado el fomento de una política de probidad en el municipio, lo que implica voluntad política proactiva por parte del alcalde, los concejales y también la ciudadanía, que debiera manifestar su opinión por medio de una activa sanción social hacia los actos de corrupción.

Leer más