Carta a Chile Transparente de Marcelo Drago 17-09-2020

Sra.
SUSANA SIERRA
Presidenta Chile Transparente
Presente
De mi consideración

Junto con saludar, vengo en expresar mi malestar por las declaraciones emitidas por el Sr.
Alberto Precht, pronunciadas en su calidad de Director Ejecutivo de vuestra organización,
en un reportaje realizado por el área de Prensa de Canal 13 y transmitido el día miércoles 9
de septiembre de 2020. En el citado reportaje el señor Precht realiza una serie de
descalificaciones hacia mi persona, las algunas incluso podrían ser catalogadas de injuriosas
o calumniosas, como explicaré a continuación.
El miércoles 9 de septiembre pasado, Teletrece emitió un reportaje denominado “Los
pecados del Consejo para la Transparencia”, donde se me acusa de una serie de hechos que,
a juicio de algunos de los entrevistados, serían constitutivos de irregularidades durante mi
gestión como Presidente del Consejo para la Transparencia.
El reportaje básicamente se centra en lo que se consideraría “el uso indebido del auto fiscal”
para el traslado desde mi residencia al Consejo en las mañanas, y en las tardes de regreso a
mi domicilio o a otros lugares en su reemplazo, sin ahondar en las razones subyacentes.
Esto a raíz de un informe de auditoría de realizado por la Contraloría General de la República
sobre ese aspecto en particular.
En efecto , el Informe Final (de auditoría) Nº 54/2019, de 26 de agosto de 2020, -que se
adjunta-, en lo que al uso del vehículo fiscal se refiere, señala que la Resolución Exenta del
Consejo para la Transparencia Nº 24, de 2009, que establece el vehículo como de uso
preferente del Presidente, los Consejeros y el Director General no tiene sustento, porque ni
el Presidente del Consejo, ni el Director General o consejeros están en el listado de
autoridades establecido DL 799 de 1974 sobre Uso y Circulación de Vehículos Estatales, y
puntualiza que el vehículo debe usarse con disco fiscal.
El vehículo fiscal del Consejo se usó durante 11 años en el marco de esta claramente errónea
interpretación resolutiva (Resolución Exenta Nº 24, de 2009) elaborada por entonces
Director General de la Institución, Raúl Ferrada Carrasco, y cuyas consecuencias se
mantuvieron hasta la emisión de la señalada auditoría.
La auditoría no me señala ningún cargo, ningún reproche, no ordena abrir ningún sumario
por el uso del vehículo (ni por ninguna otra materia), ni si quiera termina calificando la
observación con un nivel de complejidad, sólo señala que el Consejo “deberá ajustarse en
lo sucesivo a lo dispuesto en el decreto ley Nº 799, de 1974 y a las instrucciones impartidas
sobre la materia por este Organismo Contralor”.
Hasta no conocerse ese pronunciamiento contralor, mal podría la autoridad (la mía en
particular o de la todos quienes me antecedieron en el cargo) haber infringido
retroactivamente el nuevo estándar impuesto. No sólo es una cuestión de temporalidad
lógica, sino además del más elemental principio de la buena fe. Todos y cada uno de los
presidentes que me antecedieron y sucedieron dieron exactamente el mismo uso al
vehículo fiscal, y es por lo demás lo que sucede con cada ministro, subsecretario,
intendente, gobernador y un sinfín de otras autoridades.
A pesar de ello, de esta cuestión que resulta de sentido común, al ser consultado por los
resultados de dicha auditoría, el Director Ejecutivo de Chile Transparente, Alberto Precht,
invocando su calidad de tal, realizó aseveraciones en mi contra incriminándome por haber
en sus palabras “apoderado del vehículo fiscal y su conductor”, en un afirmación tan
temeraria como ofensiva y que en derecho y en los hechos, se aparta de la naturaleza y
alcances de lo instruido por la auditoria ya analizada.
Cabe señalar que insinuar “apropiarse” de bienes públicos es un señalamiento directo de
“apropiación indebida” de acuerdo a nuestra legislación penal, esto es un delito de acción
pública cuya tipicidad me encuentro analizando.
En específico la frase que usó es la siguiente: “El automóvil es del servicio, no del Presidente
y acá lo que tuvimos fue al Presidente del Consejo para la Transparencia que se apropió del
automóvil y, por supuesto, del chofer del automóvil” (03:41)
El Señor Precht incluso toma la iniciativa de ir más allá del contenido del Informe en
comento, el que centra su crítica en el uso del vehículo fiscal de acuerdo a la vigencia de las
resoluciones respectivas, al ponerle “nombre y apellido” a los alcances del informe y centrar
todos sus alcances en mi.
Y prosigue más adelante, al señalar que:
“Esto es grave y recordemos que el mal uso de automóvil fiscal es el único caso, para que
vean la gravedad que tiene esto, que la Contraloría puede investigar directamente, sin tener
que pedirle al servicio que instruya un sumario interno” (minuto 04:10)
A este respecto, cabe destacar que:
• En la señalada auditoría la Contraloría General de la República no ordenó la
instrucción de ningún procedimiento sancionatorio a este respecto, ni directamente
ni a través del Consejo.
• Efectivamente, nuestra legislación dispone que las sanciones por el incorrecto uso
del vehículo fiscal corresponden a Contraloría. Pero, por la misma razón, la
conclusión que se desprende es, precisamente, todo lo contrario a lo que señala el
Sr. Precht, ya que no hay ningún párrafo en el informe de Contraloría que disponga
la aplicación de medidas disciplinarias, conforme la normativa antes señalada, ni
tampoco que ordene la realización de procedimientos disciplinarios.
No conforme con lo anterior, culmina la nota con un ataque personal y una crítica
completamente descontextualizada al propio reportaje. A este respecto, señala en el
minuto 11:00 de dicha nota:
“Es un sistema absolutamente viciado, es un sistema de cuoteo. El señor Drago, y lo digo
con toda responsabilidad, nunca debió haber llegado a ser consejero del Consejo para la
Transparencia. Es una persona que no tenía expertise previa en las materias, ni de
protección de datos personales ni de acceso a la información, que su actividad más bien era
la representación de intereses. De hecho, él mismo continuó representando intereses o
haciendo asesorías mientras era consejero, eso es de público conocimiento”.
¿Será necesario señalar que al momento de ser ratificado de forma unánime por el Senado,
en octubre de 2014, ya era abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master
en Administración Pública de la Universidad de Harvard, y me había desempeñado como
Asesor Legislativo en el Congreso, y consultor internacional del BID, CEPAL y ONU por más
de 8 años?
No es mi intención hacer un resumen de mi trayectoria, pero antes de aquello desempeñé
otras responsabilidades como jefe de gabinete, gobernador provincial y SEREMI, lo que
demuestra, a lo menos, que mi formación no es ajena a la Administración del Estado
Lo anterior equivale a que en su momento alguien hubiera cuestionado las competencias
del Sr. Precht, por haber sido designado como presidente de la Comisión Defensora
Ciudadana y de Transparencia de la SEGPRES, fruto del cuoteo, dado que a la sazón un mero
egresado de Derecho (como consta en transparencia activa) o, incluso, criticar sus
credenciales para el cargo actual de Director de Chile Transparente, habiéndose titulado de
abogado recién el año 2017. Al menos yo no incurriría en tamaño atrevimiento público.
Por último el Señor Precht, no conforme con todo aquello, entabla una grave acusación al
acusarme falsamente y sin ninguna prueba, de representar intereses durante mi gestión
como Presidente del Consejo para la Transparencia. En ningún momento durante mi
presidencia representé el interés de alguna entidad que no fuera el Consejo para la
Transparencia, y las asesorías que realiza la empresa consultora que dirijo, que no incluyen
la representación de intereses, se suspendieron. No tenía dos trabajos, no participé en
oficinas de abogados, no era director de empresas, me dediqué 100% al Consejo.
Al igual que en la acusación calumniosa señalada precedentemente, también nos
encontramos analizando jurídicamente la posibilidad de ejercer acciones judiciales por sus
dichos.
En el período que ejercí de presidente, el Consejo para la Transparencia tuvo un giro
histórico. Salió de sus oficinas y se volcó a la ciudadanía, de la mano de un profundo
rediseño institucional. Empoderamos a la gente.
En sólo un año y medio se tramitaron más de la mitad de las solicitudes de acceso y amparos
presentados en los ocho años anteriores. Mas de 2200 personas de Arica a Punta Arenas
conversaron sobre transparencia con nosotros. No sin dificultades, se avanzó
sustancialmente en transparencia en Carabineros y el Ejército. Tuvimos incluso el
reconocimiento de la OECD. Los resultados de ese liderazgo colectivo están a la vista, un
vuelco en todas las cifras y en el enfoque global del Consejo, y son fruto de una dedicación
personal del 100%.
Para terminar, me permito transmitir a Usted que los juicios expresados por el Señor Precht
no sólo son caprichosos, voluntaristas y lindan en la calumnia, sino que además carecen de
la distancia, mesura y madurez que debiera exhibirse por alguien que representa a una
institución tan importante como Chile Transparente, ya que al hablar se hace complejo
disociar su opinión personal de la de la organización que representa.
La transparencia es un bien público fundamental para nuestra democracia que requiere un
compromiso de todos, el Estado, la sociedad civil y el sector privado. Sin embargo ésta no
puede ser enarbolada para incriminar y lesionar gratuitamente la honra de personas que
no han recibido sanción, ni siquiera reproche alguno de una autoridad fiscalizadora. Su
invocación debe ser tan férrea como responsable.
En virtud de lo expuesto, e independientemente de las acciones que consideren llevar
adelante, solicito que esta carta sea publicada en el sitio electrónico de esta entidad, de
forma claramente visible.
Agradeciendo su atención y la del Consejo de Chile Transparente, se despide atentamente.

MARCELO DRAGO AGUIRRE
Abogado, Ex Presidente del Consejo para la Transparencia
CC: -Miembros del Directorio
– Drina Rendic, Presidenta Consejo Asesor