Las cascadas hacen agua al gobierno corporativo

Mientras navegábamos apaciblemente por el rio Támesis, en el barco Elizabethan, gracias a un evento organizado por Intertrust dentro de las actividades del Chile Day, comenzó a caer una suave lluvia, muy distinta a la tormenta de mensajes que los teléfonos de los asistentes recibían desde Chile. Lo más notable es que algunos de los protagonistas de las noticias que traían dichos mensajes se encontraban embarcados en el mismísimo Elizabethan disfrutando de la vista nocturna de Londres. Dichos mensajes confirmaban que la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), luego de más de un año de investigación, había decidido formular cargos en contra de varios ejecutivos de las llamadas “sociedades cascada”, incluyendo a su dueño y controlador.

Debemos aclarar que este es sólo el comienzo de un proceso, donde la SVS deberá probar los hechos sobre los que descansa su formulación de cargos y los involucrados podrán ejercer sus defensas como corresponde.

Es reconocido por muchos el hecho que se hayan formulados cargos luego de una extensa investigación, ya que demuestra que nuestras instituciones funcionan y que, con mayor o menor rapidez, se actúa frente a hechos que afectan el mercado de valores. Sin embargo, la prevención y oportunidad también son importantes para el buen funcionamiento del mercado, por lo que se hace indispensable dotar a la SVS de recursos suficientes que le permitan actuar en forma y tiempo.

Por otra parte, es imprescindible que nuestro mercado fomente la autorregulación de quienes participan en él. No puede esperarse a que la autoridad regule (o sobreregule); es el propio mercado el que debiera prevenir y actuar frente a actos o situaciones dudosas que puedan afectar su buen funcionamiento y transparencia. Durante el Chile Day, se promovió a nuestro país como un centro financiero, pero para ello, no sólo se requiere un regulador con facultades, sino un mercado que establezca mecanismos que ayuden a evitar las situaciones que hemos presenciado en los últimos años. Lo señalado, es muy necesario en mercados como el nuestro, donde existe una relevante concentración de propiedad que puede implicar un importante arbitraje de información.

Ahora bien, del análisis de los cargos que han sido publicados y reproducidos en la prensa, podemos sacar algunas conclusiones que todo controlador y director de empresas transadas en bolsa debiera tener muy presentes al momento de actuar y tomar decisiones.

Lo primero, dice relación con el hecho de que tratándose de sociedades anónimas que emiten valores, el controlador no puede actuar como quiera. Creemos que una buena parte de los cargos informados podrían haber sido evitados si hubiera existido un gobierno corporativo efectivo y transparente, destinado a asegurar el interés social de cada sociedad en particular, velando por el cumplimiento de las normas que protegen a los inversionistas minoritarios. No es primera vez en nuestros mercados en el que no es claro con que “sombrero” se actúa.

De la lectura de los cargos vemos que existe un fundamento que se repite: habría falta de transparencia y claridad en el actuar. La transparencia, es un principio que debiera inspirar el actuar de los dueños y directores de empresas, teniendo siempre presente a todos los stockholders, incluyéndose dentro de ellos a la ciudadanía misma, la que a través de los fondos de pensiones invierte sus ahorros en este tipo de empresas. Si no se está dispuesto a jugar y cumplir con estos principios y reglas, simplemente no se debe recurrir al mercado para financiar un negocio.

Los cargos efectuados por la SVS, de comprobarse, constituirían serías infracciones a normas directamente relacionadas con la transparencia y el correcto actuar de los gobiernos corporativos de las sociedades anónimas, especialmente, de aquellas donde el controlador tiene una participación relevante. Se hace indispensable entonces, que cada sociedad y su directorio tomen las medidas correspondientes para evitar que situaciones como ésta puedan siquiera darse y lo mismo debe hacer el mercado, velando siempre por la transparencia corporativa. De lo contrario los sueños y esperanzas del Chile Day tardarán tiempo en materializarse.