Mayoría de Parlamentos no fiscalizan bien la corrupción en el sector de la Defensa

Bruselas, 17 de Sept. 2013.   Dos tercios de los parlamentos y Poderes legislativos fallan en su rol de ejercer suficientes controles sobre sus Ministerios de Defensa y FFAA, de acuerdo con un nuevo informe de “Programa de Transparencia Internacional del Reino Unido (RU) sobre Defensa y Seguridad (TI-PDS)”.    Entre estos, 70% de los más relevantes importadores de armas en el 2012, dejan la puerta abierta para la corrupción.

El estudio, un subproducto del Indice Anticorrupción del sector de la defensa, 2013 que analiza lo que 82 países hacen para reducir los riesgos de corrupción en el sector, clasifica a los países en cinco bandas de acuerdo con una detallada evaluación sobre 7 áreas e las que los parlamentos juegan un rol vital en materia de anticorrupción.   También muestra, por medio de detallados casos de estudio, cómo los parlamentos pueden mejorar la vigilancia en el sector de la defensa.

Catorce países se ubican en la banda inferior, indicando riesgos críticos de corrupción debido a la falta de fiscalización legislativa:  Argelia, Angola, Camerún, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Egipto, Eritrea, Irán Libia, Qatar, Sri Lanka, Arabia Saudita, Siria y Yémen.  Solo cuatro naciones, Australia, Alemania, Noruega y el Reino Unido, están entre los que mejor rendimiento tienen, con bajos niveles de riesgo de corrupción, seguido por doce países que tienen bajo riesgo debido a un mejor trabajo de sus parlamentos.

“La corrupción en la defensa es peligrosa, divisiva y antieconómica y su costo es pagado por soldados, compañías, Gobiernos y los ciudadanos.  La mayor parte de las legislaturas, están fallando a los electores al no actuar como verdaderos fiscalizadores de este estratégico sector.   En la medida en que los problemas se deban al clima político, a una pobre legislación o a un magro compromiso de los parlamentarios, los ejemplos de buenas prácticas en este estudio pueden contribuir a mejorar”, expresó Mark Pyman, Director de TI-DPS.

TI-DPS estima que el costo global de la corrupción en el sector de la defensa alcanza a un mínimo de US$ 20 billones anuales, basado en datos del Banco Mundial en el Instituto de Investigación Internacional de la Paz de Estocolmo (SIPRI).   Esto es más que la ayuda internacional para el desarrollo que entregan Canadá y el Reino Unido combinados en 2012.

Militares poderosos carecen de monitoreo vinculado a derroches e impunidad

En un sector caracterizado por contratos de alto valor y secretismo, los parlamentos pueden prevenir el riesgo de corrupción aprobando leyes, llevando los temas de corrupción a un debate nacional y ejerciendo sus facultades de fiscalización.  Aún así, el 85% de los mismos, carecen de efectiva rendición de cuentas y de escrutinio de las políticas de de defensa, de acuerdo con el informe “Watchdogs?”, que es entregado en el día de hoy con un debate en Bruselas patrocinado por Security & Defence Agenda.  “Esto da una oportunidad para ocultar la corrupción de los mecanismos de escrutinio público, desperdiciando recursos que podrían ser mejor utilizados en cualquier lugar”, señaló Pyman.

El estudio sugiere que los sistemas presidenciales tienen mayor riesgo de corrupción que los no presidenciales.  La corrupción también pareciera aumentar cuando los miembros de las FFAA constituyen un porcentaje mayor de la población, ya que mientras más grandes las fuerzas armadas, mayor influencia y poder de lobby con los tomadores de decisiones, coroyendo el monitoreo parlamentario del sector.

Transparencia Internacional hace un llamado a los parlamentarios para instalar comités transversales de expertos para empoderar el escrutinio e informar respecto de su debate en materias de defensa.

Comentando el informe “Watchdogs?”, el ex parlamentario sudafricano Andrew Feinstein señaló:  La fiscalización parlamentaria del sector de la defensa ha sido desprolija por mucho tiempo, a costo del bienestar de la ciudadanía.   Al mostrar a los parlamentarios cómo pueden mejorar, el informe constituye un paso importante en solucionar esta histórica negligencia de la fiscalización en el sector de la defensa.

Si los países analizados fueran parlamentarios, y sus niveles de riesgo de corrupción fueran partidos políticos, la distribución de los mismos en un parlamento global luciría como la imagen de abajo.

MUY BAJO (4 países): AUSTRALIA, GERMANY, NORWAY, UNITED KINGDOM

BAJO (12 países): AUSTRIA, BRAZIL, BULGARIA, COLOMBIA, FRANCE, JAPAN, POLAND, SLOVAKIA, SOUTH KOREA, SWEDEN, TAIWAN, UNITED STATES

MODERADO (14 países): ARGENTINA, BOSNIA AND HERZEGOVINA, CHILE, CROATIA, CYPRUS, CZECH REPUBLIC, HUNGARY, ITALY, LATVIA, ALTO (17 países): GEORGIA, GHANA, GREECE, INDIA, INDONESIA, ISRAEL, KAZAKHSTAN, KENYA, KUWAIT, LEBANON, NEPAL, PHILIPPINES, RUSSIA, SERBIA, TANZANIA, TURKEY, UGANDA

MUY ALTO (21 países): AFGHANISTAN, BAHRAIN, BANGLADESH, BELARUS, CHINA, ETHIOPIA, IRAQ, JORDAN, MALAYSIA, MOROCCO, NIGERIA, OMAN, PALESTINE, PAKISTAN, RWANDA, SINGAPORE, TUNISIA, UNITED ARAB EMIRATES, UZBEKISTAN, VENEZUELA, ZIMBABWE

CRITICO (14 países): ALGERIA, ANGOLA, CAMEROON, COTE D’IVOIRE, DRC, EGYPT, ERITREA, IRAN, LIBYA, QATAR, SRI LANKA, SAUDI ARABIA, SYRIA, YEMEN